En 1981, Emma Molina Theissen, una joven activista de Guatemala, fue detenida por el Ejército y llevada al destacamento de Quetzaltenango; ahí fue torturada y violada en múltiples ocasiones. A los diez días logró escapar y, como venganza, el Ejército se llevó a su pequeño hermano, Marco Antonio, que por entonces tenía 14 años. Nunca más se supo de él. Cuatro militares acaban de ser condenados por unos hechos que ocurrieron hace 37 años.