Ellas son el colectivo Trébol Rojo

Un fotorreportaje de Cristina Chiquín
Noviembre 2018

Música, gritos, ruido, ventas, niños y niñas corriendo, basura, mujeres en las puertas de lugares que invitan a los transeúntes a entrar, un momento de distracción , drogas, alcohol, patrullas de la Policía pasando por alguna calle, unos hombres gritan desde una esquina y tararean una canción que se diluye entre el ruido de las bocinas.

En una de las calles menos transitadas una pequeña casa con una entrada obscura y un local comercial, cada día desde las cinco de la tarde varias mujeres trans empiezan a llegar. Algunas ya con la indumentaria de su trabajo; otras llegan para maquillarse en el lugar; algunas de ellas ya tienen clientes frecuentes y otras esperan que esa noche puedan trabajar un poco.

Son las mujeres del colectivo Trébol, mujeres transgénero que ejercen el trabajo sexual, organizadas en una de las zonas más peligrosas de Ciudad de Guatemala, ‘El Trebol’ .

Janneth Contreras, coordinadora del colectivo, comenta que nacieron en 2010 con el objetivo del organizarse para mejorar las condiciones de trabajo que tienen; pero también buscar otras formas de empleo; conocer y hacer valer sus derechos. Y, sobre todo, que se les reconozca como mujeres trans. Quieren ser visibilizadas y mostrar que ejercen el trabajo sexual como un último recurso, debido a la discriminación por genero, por ser mujeres y por ser pobres.

“Queremos disminuir el estigma y la transfobia hacia nosotras”, claman.

  • Mujeres trans del colectivo Trébol Rojo de Guatemala. / Foto: Cristina Chiquín
  • Mujeres trans del colectivo Trébol Rojo de Guatemala. / Foto: Cristina Chiquín
  • Una mujer trans del colectivo Trébol Rojo de Guatemala. / Foto: Cristina Chiquín
  • Una mujer trans del colectivo Trébol Rojo de Guatemala. / Foto: Cristina Chiquín
  • Una mujer trans del colectivo Trébol Rojo de Guatemala. / Foto: Cristina Chiquín
  • Mujeres trans del colectivo Trébol Rojo de Guatemala. / Foto: Cristina Chiquín
  • Una mujer trans del colectivo Trébol Rojo de Guatemala. / Foto: Cristina Chiquín
  • Mujeres trans del colectivo Trébol Rojo de Guatemala. / Foto: Cristina Chiquín
  • Mujeres trans del colectivo Trébol Rojo de Guatemala. / Foto: Cristina Chiquín
  • Una mujer trans del colectivo Trébol Rojo de Guatemala. / Foto: Cristina Chiquín
  • Mujeres trans del colectivo Trébol Rojo de Guatemala. / Foto: Cristina Chiquín
  • Mujeres trans del colectivo Trébol Rojo de Guatemala. / Foto: Cristina Chiquín
  • Mujeres trans del colectivo Trébol Rojo de Guatemala. / Foto: Cristina Chiquín

Actualmente el colectivo cuenta con 30 integrantes. Cada 15 días se reúnen para hablar sobre sus problemas y recibir talleres y orientación sobre sus derechos como mujeres trans, sobre la lucha de la identidad de género. Sus adversidades son variadas, pero inciden en que la principal es la violencia que viven.

“El espacio lo andamos peleando siempre. De vez en cuando nos dan permiso para reunirnos. Alrededor todo son discriminadores, por que somos personas trans, incluso vivimos rechazo familiar. Por eso, se unen al colectivo”, subraya Contreras.

Muchas viven como mujeres trans, y ejercen el trabajo sexual, a escondidas: se visten fuera de sus hogares porque las familias les aceptan como hombres homosexuales pero no como mujeres trans.

“La definición viene de una misma. que yo me acepto como mujer trans, no es por el hecho de que andemos vestidas de mujer, no es por el hecho de que tengamos pechos o de que tomemos hormonas, simplemente es nuestra identidad como nos sentimos. Yo me siento una mujer aunque ande pelona, aunque no tenga chichis, nosotras nos definimos por lo que llevamos dentro”, añade la coordinadora.

La Cantinita se llama el lugar donde el Colectivo Trébol se reúne. Siempre se encuentran con que los dueños de los lugares son tránsfobos, que les aceptan solamente porque pagan eel alquiler del espacio, que usan para ejercer el trabajo sexual y para sus reuniones como colectivo.

Los comentarios que las personas hacen y los insultos que reciben siempre suelen ser entorno a la idea de que ellas son hombres vestidos de mujer. En Guatemala, aún no hay una ley de identidad de género que apoye a las mujeres transexuales, por lo tanto es muy difícil hacer denuncias por discriminación.

A pesar del contexto, estas mujeres de edades diversas, desde los 17 a los 70 años, se reúnen cada 15 días. Juanita, en su séptima década, es de las mayores. El colectivo lucha por sus derechos como mujer de la tercera edad. Pero la ausencia de un marco legislativo, hace que Juanita, como la mayoría de las mujeres trans, carece de derechos, de reconocimiento social y gubernamental.

La violencia es una constante en sus vidas: rechazo, violencia económica, física y verbal son constantes. Las mujeres se han tenido que enfrentar a los golpes de personas tránsfobas y de clientes, o a la violencia ejercida de parte de la Policía Nacional, que se burlan de ellas e incluso las golpea. El Colectivo Trébol siempre denuncia; sin embargo hay poca respuesta a estos casos y muy poca visibilización de los femicidos a los que ellas son víctimas. “Nosotras tenemos una denuncia por que hay un comandante que nos ha hostigado, diciendo que las mujeres son para servir a los hombres y que ellas son hombres. Y le dice a los demás policías que nos peguen o incluso les han echado gas pimienta a varias compañeras”, relata Janneth

Es por eso que parte de las problemáticas y temáticas que trabajan en el colectivo es cómo defender sus derechos y la tan necesaria educación sexual, sobre todo para las mujeres jóvenes.

El colectivo cuenta con una junta directiva formada por siete personas, quienes apoyan en la organización y en la coordinación de las actividades. También cuenta con un grupo de apoyo para las mujeres que han sufrido por el alcoholismo y la drogadicción, un problema latente que les rodea en su entorno de trabajo.

Ellas son el Colectivo Treból, diversas, defensoras de sus derechos, enfrentadas a una sociedad machista y misógina que niega la diversidad.

Detrás del maquillaje de labial rojo y de los tacones altos se encuentran mujeres que quieren ser reconocidas y que empezaron una lucha desde el momento de aceptar su identidad. Laten en una de las zonas rojas. Ellas son un trébol que bombea vida, lucha, sueños. Eso son mujeres trans.

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